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La futilidad de una moción

Albert Ketelbey compuso en 1920 una breve pero maravillosa partitura En un mercado persa, la cual si me permiten recomiendo que escuchen si no la conocen. Ketelbey pretendía recrear el bullicio de un mercado oriental, rico en productos, en transacciones (mercaderes), en suntuosidad (sultanes y princesas) y poblado de variopintos personajes (acróbatas, mendigos y encantadores de serpientes).

En Teoría Económica, aparentemente cambiando de tercio, hay un principio ineludible que es el de seguridad jurídica como elemento sine qua non para la captación y el desarrollo de inversiones, y por tanto empleo y recaudación, máxime en un periodo caracterizado por la caída de la economía mundial consecuencia de las restricciones de movilidad por la pandemia de la covid 19. Dotarnos de un presupuesto que supere las limitaciones del último aprobado (2018) es un claro exponente en lo que al principio de seguridad jurídica se refiere, pues además de establecer las prioridades de gasto e inversión definiría las herramientas de política económica nucleares (algunas en incipiente marcha como el Ingreso Mínimo Vital) y dotaría de cuantía y contenido a los programas de digitalización y transición energética, lo cual permitiría al inversor nacional e internacional despejar incertidumbres y realizar los programas de inversión que mientras no nos dotemos de un presupuesto están hibernados. 

«Esta moción tiene más de pugna entre los grupos de la derecha que otra cosa»

En un contexto de negociación presupuestaria sorprende la presentación de una moción de censura por el grupo parlamentario de Vox, y digo sorprende no solo por la ineficacia de la misma sino también por su inoperancia, ineficacia en tanto en cuanto va a ser la moción de censura con menos votos a favor de la historia de España, incluso por debajo de apoyos de la que presentó Hernández Mancha en el año 1987. Moción que no solo hará perder dinero y tiempo de trabajo a funcionarixs y diputadxs del Congreso sino que es además percibida como innecesaria por la gran mayoría de la población española, máxime en un contexto, como ya hemos apuntado, de consolidación presupuestaria y cuyo mayor corolario, lejos de presentar un programa alternativo (como es su fin constitucional) es ejercer una actividad desestabilizadora en el trámite presupuestario y poner en riesgo los fondos comunitarios (dependientes de los presupuestos). 

Esta moción tiene por tanto más de pugna entre los grupos de la derecha que otra cosa, en caso contrario, por lo menos, hubiera sido negociada previamente con PP y C’s. Vox asume también un riesgo (oportunidad para los que creemos sinceramente que no aporta nada enriquecedor al debate) que es el de ver refutados sus argumentos y demostrar la inoperancia de sus medidas alternativas o ver la peligrosidad de las mismas para la mayoría social y las clases medias. 

Entre los motivos que el grupo parlamentario Vox señala para la remoción del gobierno se encuentran la ilegitimidad del Gobierno actual, teniendo en cuenta los resultados electorales de noviembre del 2019 los apoyos al PSOE solo podían venir de Unidas Podemos o de Ciudadanos, siendo la militancia socialista y la mayoría de simpatizantes los que desde los primeros momentos de conocerse el resultado mostraron sus preferencias «¡Con Rivera no!», posteriormente refrendadas en consulta a las bases; eso sin recurrir, para desmotar el peregrino argumento de la moción a la diversa jurisprudencia electoral, como el auto de la Audiencia Provincial de Madrid 272/2011 que señala «la no sujeción a derecho civil ni administrativo de los actos consistentes en promesas electorales»; por otro lado sostiene Vox que el Gobierno actual supone una ruptura con la transición política española, sería conveniente recordar al Grupo presentante de la moción que la Constitución Española señala como valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, algo, especialmente este último que ellos se empeñan en destruir, a veces, hasta de forma obscena.

La moción concebida por Vox puede convertirlos en meros acróbatas ante la sociedad española, alejarlos, si es que alguna vez lo llegaron a ser, del papel de encantadores de serpientes y convertirlos en el principal instrumento que vacíe de materias primas y mercaderes el zoco metafórico de Ketelbey con el que empezamos este artículo.

¡Saludos cordiales!

Miguel Ángel Pagán

Economista, miembro del Grupo de Economía y Trabajo de Izquierda Unida en el municipio de Murcia.