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OPINIÓN: Menos reproches y más colaboración

Cuando uno cree estar suficientemente escandalizado por lo que está ocurriendo con el Mar Menor, siempre hay algo que eleva el nivel de estupor e incredulidad, como si éstos no fuera ya suficientes. Así está ocurriendo con el debate entre PP y PSOE (Consejería de Agricultura y CHS) sobre la clausura del regadío ilegalmente ampliado y la restitución de los suelos a su estado natural, cuestión en la que nadie quiere asumir la responsabilidad del cierre del grifo a dichas plantaciones excusándose en el argumentario de las competencias. 

En buena lógica las Administraciones públicas deberían colaborar para restituir el principio de legalidad conculcado por el uso ilegal del suelo y del agua, que, además, está causando un grave perjuicio medioambiental, y no torpedearse mutuamente impidiendo que dicha restitución pueda llevarse a cabo.

Esta colaboración podría compensar, al menos, tantos años de incompetencia, dejadez e incumplimiento de las obligaciones propias, tanto del organismo de cuenca para controlar y ordenar el uso del agua, como de la Consejería competente en materia de agricultura para ordenar el desarrollo de esta actividad.

Y es que, ambos organismos (CHS y Consejería) son responsables y colaboradores necesarios del desaguisado del Mar Menor. La primera porque permitió la proliferación de cientos de desalobradoras clandestinas, autorizadas inicialmente por cinco años sin Estudio de Impacto Ambiental, y que han sido la principal fuente de contaminación del Mar Menor durante dos décadas, y, además, facilitó con dinero público la construcción de una red de salmueroductos semiclandestina para centralizar el tratamiento de los caudales vertidos, entre otras, desde las desalobradoras ilegales; situación perfectamente conocida y compartida por la Administración regional. Precisamente la construcción de una de estas tuberías sin el preceptivo informe ambiental es lo que ha motivado la acusación de prevaricación a la exconsejera Martínez-Cachá.

Por otra parte, la Consejería de Agricultura también pasó por alto, como demuestra la ausencia de expedientes sancionadores durante años, las 8.500 hectáreas de regadío ilegal reconvertidas de suelo forestal o de secano y alimentadas con los caudales de los pozos y desalobradoras ilegales.  

Así que, si algo de vergüenza y respeto hacia la ciudadanía queda todavía en los/as responsables de la CHS y la Consejería de Agricultura, deberían ponerse manos a la obra conjuntamente para resolver, sin más dilación ni estridencias, los expedientes sancionadores oportunos y restituir las superficies ilegales con la mayor prontitud y diligencia. Todos/as lo agradeceríamos.

Fuente:laopiniondemurcia.es