Skip to main content

OPINIÓN:Rebajas fiscales del Gobierno regional

Con el comienzo del nuevo año fiscal, López Miras no ha tardado en salir a anunciar, por enésima vez, la tan cacareada rebaja del tramo autonómico del IRPF -iniciada en 2019 y que se completará en 2023-. Así, cada año por estas fechas, el presidente nos vuelve a recordar su letanía neoliberal que resume con estas palabras: «El dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos, así se estimula la economía y sirve de atracción de nuevas inversiones. Menos impuestos es más empleo y más empleo es más libertad». A esto suele añadir que la riqueza generada por ese estímulo económico proporcionará, a su vez, mayores ingresos al erario público.

Pero, conviene aclarar que dicha reforma del IRPF supone una rebaja de la cuota íntegra del impuesto de 62 euros para las rentas de 12.450 euros; de 163 para las 22.200; de 466,6 para las de 34.000, y de 882,6 para las de 60.000 euros o más -deducciones aparte, que merecen otro análisis específico-.

Por el camino el erario público habrá dejado de ingresar 15 millones de euros anuales que habrán ido a parar a los bolsillos de algunos murcianos -los de rentas mayores- detrayéndolos del necesario refuerzo de los servicios públicos. Dinero que, además, no está sirviendo -como afirma el presidente- para estimular la economía, a tenor de los datos: durante 2019, primer año de aplicación de la rebaja fiscal, el número de parados/as en la región se incrementó en 3.500 personas hasta las 117.200, más del doble que antes de la crisis de 2007, aumentando en 0,25 puntos la tasa de paro que alcanzó una cifra 2,6 veces mayor que en dicho año.

Sin embargo, López Miras ha acertado en el aumento de la recaudación del impuesto en 2019, hecho que, sin embargo, se ha debido en buena medida al incremento de los salarios públicos -cuestión que determina el gobierno central y cuyo salario medio creció un 3,3% frente al crecimiento más moderado del salario medio privado que lo hizo en un 1,5%-. En definitiva, esta letanía neoliberal no es más que un mantra propagandístico del PP, sin apenas repercusión en la economía real de buena parte de la ciudadanía, salvo para quienes gozan de rentas altas que mayoritariamente se benefician de esta y otras bonificaciones fiscales -como la de los 157 millones del impuesto de sucesiones y donaciones en 2020-. Fuente:laopiniondemurcia.es